Londres, 1858.
Apenas unos meses antes de que Darwin y Russel Wallace presenten conjuntamente una teoría sobre la evolución de las especies, el Honorable William Gladstone, un político inglés cada vez más popular, acumula ya tres años languideciendo en la bancada de la oposición del parlamento británico. Nadie sabe aún que se convertirá en primer ministro una década después y menos aún puede nadie sospechar que acabará siendo considerado uno de los mayores estadistas de Inglaterra.
A pesar de su, de momento, limitado éxito político; a sus 49 años Gladstone es conocido por dos cosas: por sus inagotables energías y por dedicarlas a estudiar compulsivamente las obras de Homero. Según él, la Ilíada y la Odisea son el fenómeno más extraordinario en toda la historia de la cultura de la humanidad. Tal es su obsesión que ese mismo año publicó tres tomos, con más de 1.700 páginas en total, que radiografiaban hasta el más ínfimo detalle de la obra de Homero.
De hecho, al final del primer tomo, hay un capítulo extraño. Su título desde luego no augura nada emocionante, se llama: “La percepción y uso del color por Homero”. A pesar de ese título, sus conclusiones son tan revolucionarias que sucede lo inevitable: Gladstone se convierte en el hazmerreír de los intelectuales de su época.
Pero, no mucho tiempo después, esas mismas conclusiones serían el germen de una lucha que lleva más de 150 años librándose incansablemente: la batalla, entre la cultura y la naturaleza, por el control del lenguaje.
NOTAS DEL CAPÍTULO
Personas mencionadas:
Libros recomendados:
- Guy Deutscher – Through the language glass (en castellano: El prisma del lenguaje)
Enlaces recomendados:
Música del inicio: Beethoven Trio in E-flat major, Op. 38
Imagen del capítulo: Photo by Joshua Rondeau on Unsplash