#87 Pensamiento crítico: palomas bailarinas, Mickey Mouse y un kit para detectar charlatanes

📝
Exclusivo para miembros
Únete a la comunidad kaizen y descarga los apuntes del capítulo

Iba a empezar diciendo que nunca en la historia el pensamiento crítico había sido tan necesario como ahora. Pero me he dado cuenta de que no lo sé. Esa misma afirmación habría que mirarla con sentido crítico: no puedo demostrar que fuera cierta. 

De hecho, pensándolo bien, seguramente el pensamiento crítico habría sido tanto o más necesario que ahora cuando seguíamos ciegamente a chamanes, curanderos o alquimistas; tal vez lo era también cuando las religiones gobernaban nuestras vidas a través de dogmas que había que aceptar sí o sí. O, sin duda, ojalá hubiéramos sido más críticos cuando a algún chalado se le ocurría una solución final basada en que la suya era la raza superior.

Pero la diferencia entre entonces y ahora, tal y como lo veo yo – al menos -, es que en todos esos momentos de la historia, la capacidad de exponernos a ideas diferentes, de contrastar lo que nos decían por nosotros mismos era muy limitada. Y ahora, de hecho, el problema que tenemos es el contrario. 

Estamos bombardeados por todo tipo de información, y aquí sí puedo afirmar que más que nunca. A un ritmo y un volumen que jamás habíamos tenido que enfrentar. Nos llega, además, por canales para los que la mayoría de nosotros no tenemos un criterio claro con el que distinguir lo que es fiable de lo que no lo es. Es más, acabamos metidos sin querer en las famosas burbujas de información, en las que, por ejemplo en redes sociales, vemos muchas más veces opiniones que coinciden con la nuestra que contrarias. Y esto nos genera una falsa sensación de consenso y de que tenemos razón. 

El experimento que te he contado al principio lo he sacado de un estupendo libro de Ramón Nogueras, que muy acertadamente se llama: Por qué creemos en mierdas

Como bien dice Ramón, y como hemos hablado mucho en este podcast, estamos equivocados en todo: la forma en la que procesamos la información, a través de nuestra psicología o incluso de nuestros propios sentidos, nos lleva continuamente a engaño. Sólo así se explica que la mayoría nos creamos más inteligentes, más guapos o más simpáticos que la media o que la mayoría de los ciudadanos de diferentes países crea que el porcentaje de inmigrantes en su país es más del doble del que realmente es. No somos racionales, por más que nos gustaría. 

De hecho, esa falta de racionalidad nos lleva muchas veces a creer cosas sin cuestionarlas. Algunos creen en los extraterrestres, otros en los espíritus, otros en la homeopatía o en los amuletos de la suerte. A otros a veces nos lleva a creer en los programas electorales de los partidos políticos, nadie es perfecto.

Y para hacerlo todo aún más complicado, a nuestra inevitable irracionalidad, le hemos añadido el postmodernismo. De pronto, todas las ideas son igualmente respetables (excepto las que, por lo que sea, caen en el terreno de lo políticamente incorrecto – pero eso lo dejamos para otro día). Todo es subjetivo y relativo. 

Leyendo el libro de Ramón Nogueras, no he podido evitar relacionarlo con otro libro maravilloso: El mundo y sus demonios, de Carl Sagan. Y también con algunas ideas sueltas de otros sitios. Así que he pensado dedicarle este capítulo a intentar poner un poco de orden, en esta cabeza dispersa que tengo, alrededor del pensamiento crítico. A ver qué sale.

NOTAS DEL CAPÍTULO

Capítulos relacionados: 

Libros recomendados:

Personas mencionadas:

Enlaces Recomendados:

Photo by Ryunosuke Kikuno on Unsplash